No obstante, por la noche, el ministro Romero informó de siete personas que intentaron escapar, pero sólo dos lograron este objetivo, aunque ambos fueron capturados.
"Lograron este objetivo dos internos que han sido recapturados por la Policía boliviana en inmediaciones de Palmasola y cinco que se escondieron seguramente con el intento de fuga, pero que no habían logrado abandonar el recinto de Palmasola", sostuvo.
El jefe policial informó que la situación está bajo control en Palmasola, con estricta vigilancia y descartó que hubiera balacera en el conflicto.
Dos reos resultaron heridos, uno con fracturas que se hizo en su intento de escapar, y otro con herida de bala, según el Ministerio.
La medida de restricción fue dispuesta luego de que la semana pasada se conociera que una niña fue objeto de vejaciones al interior de la cárcel de Palmasola, por lo que un juez dispuso el retiro de los menores de la cárcel. Esta instrucción hizo que la Gobernación de Santa Cruz, hasta ayer, retirase a 34 menores de edad, de entre seis y 14 años.
Los familiares de los internos que estaban fuera del centro penitenciario intentaron ingresar al lugar por la fuerza tras los incidentes, lo que obligó a los efectivos policiales a usar agentes químicos para dispersar a la gente.
Las últimas revueltas en la prisión
Los escándalos en el penal Palmasola no son nuevos. En 2005, en medio de una balacera, 27 reclusos de Chonchocorito, el área de mayor seguridad del penal, huyeron. El hecho fue llamado la fuga del siglo.
Un camión cargado con ladrillos fue tomado por un grupo de reos, cuyos cabecillas fueron el brasileño Sandro de Carvalho y el paraguayo Derlis Dávalos. Con el vehículo se llevaron por delante el portón del penal mientras disparaban a policías y civiles a su paso.
El hecho concluyó con varios muertos. Si bien muchos de los convictos fueron recapturados, otros hasta la fecha continúan prófugos.
Otro hecho de trascendencia ocurrió en 2013. En esa ocasión un motín que se generó por una pugna de poder entre dos bandos dejó 30 muertos y 70 heridos.
Hicieron estallar garrafas, usaron machetes y otras armas punzocortantes para pelear. Los que no pudieron escapar del fuego murieron calcinados, entre ellos un niño de un año.
Asimismo, en 2017 lo que comenzó como una reunión para planificar la mejor forma de pasar el Carnaval en la cárcel terminó en desastre. Una reyerta concluyó con el fallecimiento de Jaime Fernández Crespo.